Huele a gloria... Pero huele a gloria ahora, cuando nuestros huesos han encontrado un techo bajo el que yacer protegidos. ¡Y un calefactor bendito! Un calefactor con el que están entrando en calor todos aquellos temores que hace un par de horas tiritaban, en silencio, ya rendidos. Hace un par de horas, Joan sonreía y yo fingía seguirle las bromas; y mientras tanto, mi cabeza se debatía para que el llanto de mi cobardía permaneciera amordazado, rebuscando el mejor de los refugios a improvisar, entre aquellos que yo recordaba que solían acompañar al oficio de mendigar. Un par de cajas de cartón, quizás, a los que encargar la función de ataud que nos aislara del frescor nocturno y la humedad; instalarnos en un cajero automático tampoco habría estado mal, aunque la vergüenza me hiciera dudar; ¿el pórtico de la iglesia de aquel lugar? Hace dos horas, la gloria también olía a mierda, pero Joan y yo habíamos pactado sin pactar, taparnos las narices y mirar en otra dirección, como si nada malo nos pudiera acontecer.
martes, 28 de diciembre de 2010
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Espero que éste año también huela a gloria amigo!
ResponderEliminarUn gusto tener noticias tuyas!!
Lo mejor para ti y tus afectos Karul!!
Besos peregrinos!
ola! I am an artiste you meet in 2012, I was drwing my way along the way
ResponderEliminarhope you are well and happy
ciao
Nadia Bertrand