A decir verdad, yo habría preferido otro lugar; aunque hasta hace dos o tres días no hubiera oído hablar más que de Roncesvalles como única posibilidad. Ya estaba convencido, y nadie lo podría evitar; éste no era el punto de partida original. Como sugería Paolo Coelho en su libro, Saint Jean Pied de Port es comienzo oficial de esta aventura que tiene Santiago de Compostela como cumbre final. Si él así lo había hecho, así habría de ser; no sería yo quien le fuera a quitar la razón.
Dicho y hecho. ¡Mira que hay que ser cabezota!. Había decidido ponerme en manos del destino y asumir el riesgo que conllevase dejarme llevar sin cadenas. No había tirado todos mis planes por la borda por una idea peregrina, para peregrinando seguir bordando vainica a mi medida. No tocaba y, por lo tanto, al final no he llegado; se ha hecho tarde, así lo han dispuesto las circunstancias. Tendrán que esperar los consejos de ese señor tan importante para una mejor ocasión; yo que le consideraba en estas lides una autoridad... Parece que hay quien manda más. El azar ya había escogido mucho antes que yo eligiese “El Peregrino de Compostela (Diario de un Mago)” como guía y conductor.
Y aquí ha empezado lo peor, me sigue doliendo la contradicción; decir esto y lo contrario; y que lo contrario me arrastre a la zozobra. Así son las cosas, aunque así no quiera que sean; una aventura que desde el principio me humilla; hasta donde la casualidad dicte, hasta que el orgullo naufrague. Me propondré olvidar, mucho mejor.
Al menos mi amigo Rubén habrá descansado aliviado, ya estará tranquilo; un poco menos asustado que cuando me abandonó en el surtido de Viana; me sorprendió con su exceso de celo; que se mostrara tan receloso un tío al que tengo por valiente y que lo exhibe continuamente; aquella cara de conejo asustado me parecía querer suplicarme: “arrepiéntete, no te vayas”; como si se sintiese responsable de alguna desgracia que vaticinara.Apenas he podido hablar con él, lo justo para avisarle de que, al menos esta noche, dormiré, sano y salvo. Porque aquí de poco sirve estar movilizado, y ciertas otras comodidades que brillan por su ausencia; creo que todo lo que en la civilización es un derecho impuesto, por aquí me va costar esfuerzo adquirirlo. En estas tierras la cobertura del móvil es una tortura.
Es curioso, me escucho pensando en un pasado remoto... Pero no hace ni cinco horas de todo esto; ha pasado el tiempo lento, se desvanece el papel preponderante del reloj. En cuatro horas, no me lo creo; no habría sido lo mismo de haber claudicado a las primeras de cambio; habría sido mi ruina, empieza a funcionar el espectáculo y los enanos recuperan su tamaño.
Aquí va a dar comienzo mi Camino de Santiago... ¿o, tal vez, estaré de nuevo equivocado?. Esta nueva perspectiva me juega malas pasadas; las apariencias me engañan, no se que es fundamento ni que ornamento. ¿Y si ya ha empezado en Viana?, no me salen las cuentas. Creo que, en realidad el camino habrá empezado en la puerta de mi casa.
¡Bienvenido, Dani! Al apasionante mundo de los blogs, enseguida te atrapará, y encontrarás la manera de que nosotros también nos sintamos atrapados en tus escritos. Deseando de que nos hables de tu camino, y de los nuestros. Felicidades.
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