Apresado en una jaula de cristal. Quería cantar, pero no era capaz; sabía que no lo haría mal, pero temía el ridículo fatal; existía pero la razón me robaba continuamente mi don. Argumentos del patrón, de la matriz que extrajo de mi cuerpo la emoción... Presentaba mil excusas para seguir resistiéndome a dejarme ser. Refugiado tras aquel muro, siendo tal vez parte de él, soportaba mejor lo que hubiera de soportar, aunque no me sintiera bien. La careta, una caricatura grotesca... Cada vez que me miraba al espejo no podía evitar ver lo que no quería ver. Ese que allí estaba reflejado, enmarcado por las orlas y ornamentos del mueble en cuestión, no era yo.
Aquella sensación de separación, de estar de más en cualquier lugar, de ser irreal. De estar en este mundo porque de todo en este mundo tendría que haber, hasta tontos y apocados; hasta inútiles inteligentes. ¡Qué extraña contradicción! Creerte poseedor de algo especial y verte reflejado por una extraña posesión. El ruiseñor enjaulado no es ruiseñor; ni siquiera alcanza el rango de pájaro del montón.
Aquella sensación de separación, de estar de más en cualquier lugar, de ser irreal. De estar en este mundo porque de todo en este mundo tendría que haber, hasta tontos y apocados; hasta inútiles inteligentes. ¡Qué extraña contradicción! Creerte poseedor de algo especial y verte reflejado por una extraña posesión. El ruiseñor enjaulado no es ruiseñor; ni siquiera alcanza el rango de pájaro del montón.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarParece que ya empezamos.......
ResponderEliminarAtentos, con miedo, temblando,
haciendo,probando, sintiendo,
en el fondo aprendiendo....
Allí en lo alto...
Ves?, escuchas?.
Es el ruiseñor estrellado cantando.