Ser fiel a la propia coherencia o serlo a las exigencias ajenas. A veces coinciden unas y otras, a menudo divergen las apuestas. Respuestas, necesito respuestas... Y para alcanzarlas he de preguntarle a mi espejo... ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Cuál el error en el que no quieres volver a caer? ¿Volverás al redil de las apariencias a cambio de la comodidad prestada de la que tanto protestabas?
No quiero más incopatibilidades con mis competencias; ni suavizadas por excusas apuestas; no más argumentos interesados que me permitan dormir a pie quebrado, puesto que a base de sominiferos, no creo que pudiera hacerlo a pierna suelta. Siento que la tranquilidad no se conquista sedado o poniendo, dónde no hay herida, tiritas.
Sin explicaciones, sin rendir cuentas a nadie más que a la almohada, nadando contracorriente... Aun no siendo entendido por la gente, paso a paso... Paso a paso, de uno en uno, es el lema que me ha propuesto el dilema que he dirimido esta noche, lejos de casa, lejos del entorno que me rodea y embauca; allí en el monte, aquí mismo, dentro de mis entrañas; forzando el enfrentamiento contra todo aquello que no siento.
En la Puerta del Sol se debaten nuevas formas de enfrentarse a las crisis; conflictos complicados, más allá de reyertas particulares, más allá de guerras mundiales. Se disputan la victoria los contrarios, que allí se están descubriendo complementarios, no es necesario salir a la calle armado hasta los dientes; un poco de convicción es suficiente. Se pueden organizar foros en los que con respeto se propongan alternativas, muchas, tantas y diferentes... Remando asido a un parapente, surcando el viento entre la gente; moviendo dunas impertinentes. Algo diferente, que de la competencia no haga bandera, sino de la colaboración, patrimonio constante.
No seguiré peleándome, por tanto; con mi ego, ni con aquellos consejos bienintencionados que se han ido transofrmando en sentencias de muerte. No permitiré a la mente que me juegue malas pasadas, ni me sentiré culpable por no hacer lo que de mí sea esperable... Quiero soprenderme continuamente, y no saber esta noche, cuando me acueste, lo que vaya a depararme el día siguiente; mañana, cuando me despierte.
Quiero caminar, sin meta por delante, sin huellas que mi zancada lastren; de momento, con una mochila ligera, sin ella en cuanto mi confianza no sea un timo. Quiero sentirme libre, sin amarres a cosas indecentes... Intereses que dejen en pañales a esas ideas que dicen que me hacen convincente. El viernes estuve a punto de tomar el micrófono para decirles todo esto y mucho más a un montón de jovenes, adultos y viejos que en la Plaza del Mercado, aquí en Logroño, intercambiaban opiniones como en Madrid... Pero al final, me arrepentí; por suerte, para mí, pudo la honestidad... El protagonismo está de más para un egolatra de verdad. Quiero caminar, en silencio, nada más.
No quiero más incopatibilidades con mis competencias; ni suavizadas por excusas apuestas; no más argumentos interesados que me permitan dormir a pie quebrado, puesto que a base de sominiferos, no creo que pudiera hacerlo a pierna suelta. Siento que la tranquilidad no se conquista sedado o poniendo, dónde no hay herida, tiritas.
Sin explicaciones, sin rendir cuentas a nadie más que a la almohada, nadando contracorriente... Aun no siendo entendido por la gente, paso a paso... Paso a paso, de uno en uno, es el lema que me ha propuesto el dilema que he dirimido esta noche, lejos de casa, lejos del entorno que me rodea y embauca; allí en el monte, aquí mismo, dentro de mis entrañas; forzando el enfrentamiento contra todo aquello que no siento.
En la Puerta del Sol se debaten nuevas formas de enfrentarse a las crisis; conflictos complicados, más allá de reyertas particulares, más allá de guerras mundiales. Se disputan la victoria los contrarios, que allí se están descubriendo complementarios, no es necesario salir a la calle armado hasta los dientes; un poco de convicción es suficiente. Se pueden organizar foros en los que con respeto se propongan alternativas, muchas, tantas y diferentes... Remando asido a un parapente, surcando el viento entre la gente; moviendo dunas impertinentes. Algo diferente, que de la competencia no haga bandera, sino de la colaboración, patrimonio constante.
No seguiré peleándome, por tanto; con mi ego, ni con aquellos consejos bienintencionados que se han ido transofrmando en sentencias de muerte. No permitiré a la mente que me juegue malas pasadas, ni me sentiré culpable por no hacer lo que de mí sea esperable... Quiero soprenderme continuamente, y no saber esta noche, cuando me acueste, lo que vaya a depararme el día siguiente; mañana, cuando me despierte.
Quiero caminar, sin meta por delante, sin huellas que mi zancada lastren; de momento, con una mochila ligera, sin ella en cuanto mi confianza no sea un timo. Quiero sentirme libre, sin amarres a cosas indecentes... Intereses que dejen en pañales a esas ideas que dicen que me hacen convincente. El viernes estuve a punto de tomar el micrófono para decirles todo esto y mucho más a un montón de jovenes, adultos y viejos que en la Plaza del Mercado, aquí en Logroño, intercambiaban opiniones como en Madrid... Pero al final, me arrepentí; por suerte, para mí, pudo la honestidad... El protagonismo está de más para un egolatra de verdad. Quiero caminar, en silencio, nada más.
En silencio, el Sol te acompañará.
ResponderEliminarBuen Camino en Libertad.
En silencio,caminemos.
ResponderEliminarabrazo
Sintiendo,
ResponderEliminarViviendo,
Creciendo,
Sin ruidos
Caminos hacia la libertad....