sábado, 11 de septiembre de 2010

Bercianos del Real Camino - Puente Villarente (iii) (Veinte de Septiembre)

En busca de la inspiración. O huyendo del folio en blanco que ya no sería capaz de rellenar. Habían dictado sentencia muchas tardes desperdiciadas, sentado delante del reflejo siniestro que su lapicero no se atrevía a quebrar. Tampoco de noche, cuando el sol ya no iluminaba la estancia en la que se empeñaba en prorrogar los lamentos de la velada desvelada anterior, cuando ya no había rayo que rallar con su rallador insustancial. ¡Cuántas horas de sueño perdidas sin ton ni son! Al son del repiqueteo terco del ordenador que dentro de su cabeza le amartillaba con desdén; su fracaso, tantos fracasos pasados; el éxito que nunca existió, tantísimos éxitos que pudieran haber sido, pero que no fueron... Quién sabe por qué, pero el quería ser escritor; ¿famoso?, ¡mucho mejor!

Al encuentro de la Inspiración, de un aliento que completase la respiración forzada que ya no llenaba su pulmón. Inspiración, en mayúsculas; porque se le llenaba la boca cada vez que hablaba de su Dios. ¡Qué no me escuche mentar a su Satanás particular, por favor! No creo que esto acabara con nuestra amistad, pero sé que no le sentaría nada bien que identificara con el Señor a su pasión. Se declara ateo convencido, con gran fervor. No acabo de entender, ni su razón, ni sus argumentos, ni su resignación... Ni como funciona su corazón; pero creo que no he asistido a mejor representación de la Pasión de Cristo en vivo jamás; el “Ecce Homo” cubano, en boca de un singular Pilatos, en vez de romano, americano... Atado de pies y manos a una columna, que no le sirve de pilar, y coronado con una corona de espinas “fashion” que no le da la medida de su función... Flagelándose continuamente como le flagelaron a Aquel, pero éste no sabe por qué.

Porque se niega a aceptar su cruz, el sacrificio que supone estar a la altura de las circunstancias que quiere parir. No quiere pagar el precio que supone ser diferente que los demás. Se resiste a cumplir la misión que le había encomendado el Creador. ¿Por qué atendería un ateo la llamada de este Camino, cristiano y confesor? ¿Para expiar los pecados que no reconoce que cometió?

¿Ulceras, digestiones pesadas, bronquios atascados en alcohol? Un cáncer peor le amenaza pero no quiere escuchar, aunque de momento sea alegoría o metáfora cruel de una situación que empieza a ser insostenible; ya no se puede sostener. Le va a matar, posiblemente otro real; si no se atreve a cambiar; su sequía creativa es la señal; la sequía que asegura que, hasta hace unos meses, nunca le abandonó. Aunque siempre le hicieran sufrir, implora en cada paso trompicado que regresen las musas que tanto le hicieron llorar. Habían sido su salvación, muy a su pesar... Muy a su pesar le libraban de otro sufrimiento mayor... Pero no quiso escuchar, demorando la agonía, cada noche, una noche más.

1 comentario:

  1. Tarde o temprano, no nos queda más remedio que escuchar más allá. Más tarde o más temprano, el camino le devolverá a Denís sus Musas y la Serenidad necesaria para contarlo.
    Buen Camino, Peregrino.

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Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.