Me hacían llagas las costuras, ¡cuántas heridas podridas sobre una piel poco curtida! Sin noticias, sin querer conocer; sin ser noticia, sin que nadie pudiera saber... Lo que me fuera a acontecer, que a nadie le interese lo que de mí sea o fue; lo que vaya a ser será, le pese o le agrade a quien... Anónimo, con otros muchos más, de mi misma calaña, ladrones de las apariencias con sostén. Y es que no es la ropa fina para el que ha nacido en pelotas, aunque en pelotas no me sepa desenvolver.
Y aún no conozco mi misión, ni cuál será aquí mi función; no dejaré de indagar pero ya no me preocupa no estar, tampoco no ser reconocido como tal; tal para cual... Entre ellos, no quiero aparentar. Me ocuparé de nuevo de no dejar de caminar por este mundo, que sigue siendo un laberinto de sinrazón... Sin saber hacia qué o quién vayan a dirigirse mis pies; todavía me lo pregunto y dudo; mis pisadas no conocen dónde encontrarán la próxima huella en la que tengan que encajar. Se difumina..., la frustración ha dejado de serlo; más oportunidades y sensaciones renovadas... En el fracaso continuo está revelándose el triunfo perpetuo; vivir en el filo de un cubito de hielo, haciendo malabarismos con granitos de cieno, al son de la melodía mezclado con el silencio... Silencio, se rueda; que se callen las respuestas.
¿Qué tal el camino? ¿Por qué lo has hecho? No sé, quizás mañana, quizás hoy mismo regreso, posiblemente ya no te cuente... ¿Al de Santiago? Por supuesto, aunque pidiera ser otro cualquiera. Santiago es como Dios, omnipotente, omnipresente, omnímodo... ¡Coño, qué está en todos los sitios! Hoy me vuelvo a sentir un señor; con mayúsculas mucho mejor.... Señor. De verdad; amo, dueño, rey, emperador. Me he despojado del afán, de repente, sin esperar, de vestir un traje de héroe de cartón.
Y aún no conozco mi misión, ni cuál será aquí mi función; no dejaré de indagar pero ya no me preocupa no estar, tampoco no ser reconocido como tal; tal para cual... Entre ellos, no quiero aparentar. Me ocuparé de nuevo de no dejar de caminar por este mundo, que sigue siendo un laberinto de sinrazón... Sin saber hacia qué o quién vayan a dirigirse mis pies; todavía me lo pregunto y dudo; mis pisadas no conocen dónde encontrarán la próxima huella en la que tengan que encajar. Se difumina..., la frustración ha dejado de serlo; más oportunidades y sensaciones renovadas... En el fracaso continuo está revelándose el triunfo perpetuo; vivir en el filo de un cubito de hielo, haciendo malabarismos con granitos de cieno, al son de la melodía mezclado con el silencio... Silencio, se rueda; que se callen las respuestas.
¿Qué tal el camino? ¿Por qué lo has hecho? No sé, quizás mañana, quizás hoy mismo regreso, posiblemente ya no te cuente... ¿Al de Santiago? Por supuesto, aunque pidiera ser otro cualquiera. Santiago es como Dios, omnipotente, omnipresente, omnímodo... ¡Coño, qué está en todos los sitios! Hoy me vuelvo a sentir un señor; con mayúsculas mucho mejor.... Señor. De verdad; amo, dueño, rey, emperador. Me he despojado del afán, de repente, sin esperar, de vestir un traje de héroe de cartón.
Te has dispuesto a ser tú mismo, menuda tarea.
ResponderEliminarEl Camino se hace externamente y sus huellas quedan en el interior.
Abrazos peregrino.