lunes, 13 de junio de 2011

Trece de Junio de Dos Mil Once

Silencio. Tributo exigido por el rugido de los motores anfibios. Mi mente discute con el corazón, vencida no encuentra alivio. Sus latidos laten hacia el abismo. el eccema ha desaparecido. Mi cara, durante más de un año y medio en permanente sucidio. Mi cara ya no parece un mapa enrojecido; han desaparecido aquellas dunas, las peladuras de la piel irritada perfilando un desierto en la mirada. Poco a poco, el rubor extremo le había ido ganándole terreno al color sano y moreno.

Yo sabía cómo resolvería el misterio; yo conocía, de su curación, el secreto. Un encuentro. Ahora que lo he confirmado con hechos reclama mi atención otra duda, tan indiscreta como cierta: ¿cuál es el motivo de que en casa mis mejillas no brillaran?. ¿cuál es la medician que se esconde en los rincones de este infierno divino?

Entre los cuernos de este Satanás Santo vuelvo a encontrar el cielo. El cielo azul y cristalino, que nos ha deparado una jornada tórrida... Aliviada, sólo a ratos, por las nubes ligeras; ligeras, pequeñas, furtivas. Pasajeras. Un grave problema, la solución que aligera mis defectos. Grave el dilema que me plantea esta aventura de cuento. Descuento. ¿Tendré que continuar caminando todo lo que me reste de vida para que no vuelvan a corroerme la cara esos ronchones encendidos en fuego. Quizás sea el motivo que aquí, en contacto con las personas, a corazón abierto, sin escudos, ni muros, se consuma sin causar incendios la hoguera que me consume por dentro. Amor sin retorcidos entuertos.

Hace doce días que dejé mi vida estancada; amparados mis pasos foragidos por la luna nueva, hace doce días que vuelvo a ser nomada, no sólo de pensamiento. También de obra y de sentido. También de omisión de raras conjeturas que a este objetivo quitaban razón y sumaban deudas. En doce días, el aislamiento me ha devuelto la conexión con mi destino. Ya sólo hace falta desentrañar el significado de sus extraños símbolos; detalles sin importancia de gran importancia: las flechas amarillas que me dirigen más allá, más arriba.

Quizás si no hiciera nada, tal vez si no me resistiera... Posiblemente si me miro cada mañana al espejo y el azar me sigue devolviendo la pauta todo siga siendo perfecto... Mientras el eccema sea... Mientras el eccema no sea... Mientras el eccema permanezca en silencio, no dando señales de vida.

Motores terrenales... Paralelo al camino vuelan sobre la carretera de asfalto los coches... Discurren paralelos, pero son tan distintos.

2 comentarios:

  1. Despuès de la noche llega el dìa, el cielo y el sol con sus rayos benèficos nos dice que todo continùa, como un circulo eterno.

    Abrazos amigo!

    ResponderEliminar
  2. "ESTABLECERME"
    Tras la elección voy sin freno a conformarme, poseer, asentarme......
    En el viaje personal hacia la autenticidad
    debemos convertinos en pioneros y hacer las paces con este término antes de seguir adelante.

    El Ser Humano ha de ser PIONERO en la busqueda interior de la fuerza.

    APRECIANDO TU VALENTIA,TE DEJO UN ABRAZO

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.