martes, 8 de noviembre de 2011

Ocho de Noviembre de Dos Mil Once

Es difícil soportar esta situación. No imaginaba que el mayor hueco lo fuera a provocar esta sensación. No dudo que pedir un pedazo de pan por no tener nada más que comer sea una experiencia cruel; por eso me siento aún peor.

Me urge la necesidad de mendigar una oportunidad. Desde que he regresado a casa no he tenido ocasión de dar; carezco de utilidad, y temo que, como cualquier herramienta abandonada en el rincón de la inutilidad, me vaya a oxidar.

Las personas normales, trabajando sin parar, ocupadas en el ajetreo que les impone la sociedad, no tienen tiempo para recibir nada que no tenga valor. Valor, como denominación de origen de común denominador, en efectivo o al portador. Este es mi juicio, que reconozco crítica tan equivocada como atroz; pero hoy se refleja en mi espejo un lobo feroz. Quizás sea una hiena hiriente oculta tras una ironía sarcástica.

Me retiro a mis aposentos, mucho mejor. Para no escupir nada peor. A ver si mañana, por la mañana, me despierta un cordero melosón.

2 comentarios:

  1. Un texto muy rítmico y poético. Me ha gustado mucho. Un saludo,

    Sara.

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  2. Hola Daniel: Tanto tiempo, espero que bien.
    Me gustó mucho, está muy bueno.
    Creo (es mi interpretación) que el problema es muy cierto: el problema de dar, el problema de recibir. Pedir un pedazo de pan, recibir algo que no tenga valor. Y en realidad lo que realmente (creo yo) vale no se da ó no se recibe, es que tal vez la racionalidad, lo racional, los intereses propios hayan copado todo y/el ó ella se haya dejado copar por eso.
    Un gran abrazo

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Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.