jueves, 29 de septiembre de 2011

Treinta de Septiembre de Dos Mil Once

En un triángulo equilátero, definido por tres extraños; tres vértices, desconocidos hasta hace un rato, que ya hablábamos como hermanos. Necesitaba otro revolcón como éste, el recuerdo del encuentro espontáneo, un último alarde del destino; la suerte en manos del mago que con una mano entretiene y con la otra sorprende. Había llegado hastiado al albergue de Bercianos del Real Camino... ¿Hastiado significa aburrido? Ni hastiado, ni aburrido, ni nada parecido... En un rato apenas, he vuelto a ser consciente: en una conversación delirante con estos dos viejos amigos, recien estrenados, me he dado cuenta: somos dados, y también cubiletes. Somos la magia, somos la suerte.

La red que se,teje lentamente, en encuentros mundanos, en detalles vanos; en el hueco no se interrumpe el relleno, allí retumba el eco que, en silencio, se propaga hasta la próxima cita. Y, mientras tanto el desierto; el abandono, la soledad, el hastío; el anonimato, la huida del protagonismo exigido. Otra cura de humildad en toda regla que pide más paciencia. Porque a la araña no le apetece el aplauso, sino la cara de sorpresa de la mosca atrapada en la tela invisible que estaba componiendo: melodía de aparentes lamentos. Había pasado inadvertida, mezclada con el gentío.

Enfrente me ha preguntado Rocío si mi nombre era aquel que ella estaba buscando. De serlo, podría cumplir su encomienda; traía envuelto en sus brazos un abrazo para un peregrino de vuelta muy apreciado por un amigo suyo que había acabado el Camino de Santiago el mismo día que para ella daba comenzado: Jaume y yo habíamos caminado juntos. Y a mi derecha, Jordi me estaba mirando con sus ojos abiertos porque al descubrir que conocía al tipo al que, sin decir, su nombre me estaba refiriendo. Jorge le había dicho que volvía andando de Santiago de Compostela, tras haber compartido una charla escueta con este que esto cuenta.


Ambos me habían estado buscando, durante dos semanas al menos. Yo no sabía que existían. Otro extraordinario lío de los que aquí se desenreda en lo que dura una mirada... Otro nudo que sin esfuerzo se desata, como por arte de magia.

2 comentarios:

  1. Paciencia y continuar parece ser que fue tu elección, y la recompensa un abrazo... Entrega mi postal, por favor

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  2. Las decisiones auténticas son las que requieren que dejemos nuestra vida de comodidad, es más fácil si nos damos cuenta de que se nos ha otorgado un poder para un propósito, el de cambiar el mundo para mejor.

    Todos nuestros actos tienen poderes purificadores.

    Te saludo.

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Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.