jueves, 13 de octubre de 2011

Trece de Octubre de Dos Mil Once

"Señor, haz de mí un instrumento de tu paz".

He repetido cada día la oración que comienza así. Desde que el Camino me la regaló sentí la necesidad de rezarla una y otra vez. Antes de comenzar a andar ya había recibido el primer toque de atención: el último libro que leí la utilizaba como estructura de reflexión, como patrón y guión. En ocasiones atrajo mi atención rayando la obsesión. De hecho, ha viajado todo el tiempo acariciándome la pierna, desde el bolsillo de mi pantalón. Se ha convertido en la protagonista de mi meditación.

Y ayer aún me preguntaba por qué. ¿Por qué se erigió en mi compañera fiel? ¿Y por qué su autor no dejaba de aparecer en cada rincón? ¿En cada conversación? En la runa que aquel hospitalero de Muxia me regaló; en la entrada del albergue de Tosantos, santo de mi devoción, y parada obligada en todas mis peregrinaciones. Este y cien ejemplos más serían señal de que no media casualidad. Algo me deben de querer mostrar estas señales, sean del destino o del azar.

Me está costando aterrizar; desorientado, mi cabeza no para de dar vueltas a esta mediocridad que siento en mi interor, este hueco que me empieza a mortificar. El sábado se cumplirá una semana que ha vuelto a atraparme ese ente sedentario sediento de sueños y de libertad. Quiero... Quiero volar, pero las alas se niegan a desplegar su envergadura para cumplir mi solaz. Quiero, y no puedo aguantar. Quiero, quiero y quiero. Reitero este rezo apócrifo de niño caprichoso... ¿De qué me han servido tantos pasos en tu compañía, Señor? San Francisco de Asis, aunque ha sido cabezón... Más terco demuestro ser yo.

"Que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar; en ser comprendido, como en comprender; en ser amado como en amar". Ser instrumento de paz, además de estos tres ingredientes, requieren paciencia y humildad. "Touché", de nuevo, otra vez. ¿Para qué? ¿De qué me sirve tantas peregrinaciones a lugares remotos si sin apenas haber regresado se me olvida la lección?

Tendré que tener paciencia también con el ente extraño que desde mi interior me impone urgencias, sin humillación.

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Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.