domingo, 31 de enero de 2010

ABRAZOS (Sexta etapa)

Apenas hacía un instante, estaba caminando ajeno a todo esto; mis pensamientos ocupados en preocupaciones que ya se me habían olvidado. Aunque agotado, contento; bajo el sol justiciero; concentrado, para no dispersar el esfuerzo por todos esos caminos polvorientos. Aarón se había quedado en Logroño por la mañana, para conocer el lugar con un viejo colega. Se había bajado del carro el primero, por voluntad propia; de cinco pasamos a ser cuarteto; y yo les iba a dejar en trío... Ellos seguirían juntos, yo me volvería a casa a reencontrarme, por un día, con amigos y seres queridos de la otra realidad, la que con estos sólo he compartido en silencio.

Aún me está doliendo el abrazo eterno de Eny, ha ahondado en la herida abierta por el llanto; el que yo he estado reprimiendo, el que ella no ha podido sujetar en sus pupilas. Destrozada mi fortaleza de cartón piedra, ha resistido el embate en apariencia; el apretón de manos de Enrique, sincero, enérgico ha amenazado seriamente mi compostura; me estaba asfixiando, huiría. Txomin había acudido a mi llamada raudo y veloz, para salvarme de la zozobra en la que estaba a punto de naufragar.

Temo que el camino no vaya a ser lo mismo al regresar. ¿Y si no nos volviésemos a ver qué?; por mucho que yo me impusiese correr; aunque ellos se paren más de lo habitual. Me han propuesto que me salte una etapa, que coja un autobús; pero eso yo no lo puedo hacer, va contra mis principios, haré el recorrido completo y a pie. A mi pesar, que sea lo que tenga que ser. Ya echaba de menos la compañía que me iba a faltar en cuanto, un par de días después, reanudara mi aventura, de nuevo solo. Me siento vacío, no les quería abandonar.

¿Me estaré retractando de lo que hasta hace nada era mi lema?, ¿por qué mi escudo ya no me sujeta?. Un compañero, otro peregrino; dos o tres, o tres o cuatro; ¿bendición o condena?. La noche anterior aparecen, cuando les apetece se esfuman; antes o después, me atraparon; no dejan de asomar allí hacia donde se me ocurra dirigir mi mirada. Las canarias, un plátano; el jersey y Enrique al lado, Aarón que se ha quedado rezagado; ¿dónde estará Tiziana y sus lecciones sobre plantas?.

No sé si esto será lo que exija un Camino bien hecho, ¿cómo se hace un Camino correcto?. Perder toda una vida para ganar un instante; soltar compañeros que creía permanentes y agarrar otros, inconvenientes. ¿Despacio o corriendo?; paso a paso, sin presupuestos. Te doy hoy la mano porque quiero, porque me apetece; porque aquí no tengo nada de que protegerme. Porque me siento a gusto contigo, y se lo duro que es hacer el camino solo, caminando sobre un mar de ampollas; no están en los pies las más dolorosas . Viendo que avanzas disfruto, mañana si te necesito, a gusto, recibo tu ayuda... Mañana, posiblemente mañana...

Mañana será otro día. Txomin, mañana ahora no existe. De vuelta a casa.

3 comentarios:

  1. Creo que es en éste punto justamente cuando comenzamos quizás a despojarnos un "poco" del ego, pero tambien aprendemos de la soledad, soledad que duele momentáneamente, pero nos deja un bello resabio y mucha sabiduría!

    Sigo leyendo Peregrino.

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  2. Pero siempre hay más momento en que el ego vuelva a imponerse...; es un adversario fuerte.

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  3. Aún a riesgo de parecer ingenua,

    Siempre existe un mañana. Hasta luego, hasta mañana. La sensación de no ruptura, de continuidad, esa conocida ley del tiempo. Lo uno te lleva a lo otro, y lo otro enlaza con lo presente, lo antiguo o lo futuro.

    Incluso al final (un abismo o... un encuentro) hay un mañana.

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Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.