lunes, 12 de abril de 2010

SUCEDANEO (¡Quince días ya!)

No haría más de una semana y ya no quedaba nada... Ni del dinero que había ganado, ni del contrato que había pactado; hoy habría pasado el desasosiego causado de haber faltado al compromiso. Si hubiese sido valiente, si no hubiese sido tan obediente, si hubiese sido capaz de decirle no a más gente. Ya sólo atesoro recelo, y he añadido prejuicios; los complejos renuevan su celo y alientan al celoso que me da tanto miedo. ¡Qué envidia la que me corroe por dentro! ¿Por qué lo habría aceptado? No era más que un pacto prestado, prorrogado año tras año...; podría haberlo roto en cualquier momento. ¿A quién sino a mí le importa?

Un sucedáneo, por si acaso; en estos paseos que me resultan escasos. ¡Qué gusto me da volver a este lugar!, ¡pero qué pena que ya nada sea igual! Quería, deseaba; anhelo mis ansias en silencio; ansioso me debato haciendo caminatas a destajo; ¿qué otra cosa puedo hacer? No soy capaz de respirar el aroma añejo que sé que ellos están respirando, ahora mismo, aquí, a mi lado. Porque añoro aquellos momentos que estos peregrinos están viviendo, porque me apetece de veras sentirme especial de nuevo; amante del anonimato compartido con tantos héroes protagonistas por hazañas similares. Todos a una... y a por todas.

Y ya sé que el Camino estará dónde yo repose y ponga en funcionamiento mis zapatos; y ya sé que mi camino no tiene por que pasar por donde pase, haya pasado, o tenga que pasar, ningún otro. Pero algo era diferente, necesito despertar de esta pesadilla real y volver a sumirme, otra vez, en aquellos sueños fugaces en los que los hechos se fabricaban en el momento; y todo se disfrutaba o padecía de repente, improvisando, sin preocuparse de tonterías que nunca acontecerían.

Más de dos semanas hablando de una experiencia que creía un fracaso me ha devuelto mi verdad; de nada me ha servido resistirme a pensar; mis ilusiones, ¿una utopía? ¡Y qué más dará! Allí mis sueños habían ganado la batalla a tantas mentiras que habían estructurado una realidad; zafia, absurda, sobre todo real. Se habían derretido como los hielos, bajo el calor del sol, estructuras anquilosadas que ya no daban para más. Casi lo había olvidado enredado en la espiral de compromisos urgentes inventados para tener en que excusar la falta de determinación. Para estar parado haciendo que hacia algo sin hacer nada de nada, el ajetreo continuo era primordial. Por una vez ocurrió, había ocurrido... ¿Volvería a dejarlo pasar?

Hoy me lo habían vuelto a preguntar por enésima ocasión; me han preguntado que qué tal; ¿me resignaría a volver a responder que fatal?

2 comentarios:

  1. ¿Es todo malo? ¿Es todo bueno? ¡Que gratos son los matices!
    Peregrino, eres una máquina de blogear, no te puedo seguir el ritmo, pero leerte siempre es como leer un buen libro.

    ResponderEliminar
  2. La verdad estoy de acuerdo con Maria-José,leerte es leer un libro interesante y que te deja allí para pensar,cariños y gracias por tus comentarios que a veces me resultan laberinticos.

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Hacedor de Sueños by Daniel Calvo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.