sábado, 15 de mayo de 2010

Grañón-Tosantos (iv) (Doce de Septiembre)

Solos, otros dos desconocidos intentando dejar de serlo. Intercambiando impresiones varias, entreteniendo unas y pasando por alto otras, hablando de esto y de aquello, comentando lo que ayer ya le había apuntado de pasada. Me ha presentado desde la distancia a sus compañeros de viaje; los que con él se habían sentado enfrente de mí... Compañeros de viaje recién hechos, por cierto... Porque, aunque ya pareciera veterano, aquí no llevaba más que dos días. Y yo le he vuelto a decir que, para mí, la etapa de hoy terminaría en Tosantos y le he invitado a que también parara; me ha respondido que no le importaría pero que primero le gustaría consultarlo con los amigos de los que me había estado hablando; había quedado con ellos en alojarse esta noche en otro sitio distinto. Me he enterado también, entre tanto, de que su objetivo no sería Santiago, que hacía cada año unas etapas del Camino, en esta ocasión siete u ocho; llegaría, por tanto, hasta Carrión de los Condes, como mucho. Los dos solos, charla que te charla, hemos llegado a Belorado sin darnos cuenta, en un periquete agradable.

Pero en Belorado, por desgracia, no había tienda de deportes ni nada que se le pareciera; en el reino de las tiendas de pieles no había mochilas nuevas. Se ha resignado, lo ha aceptado enseguida, era un hombre positivo, me ha parecido un tipo conformista. Me ha gustado su respuesta tranquila. Al fin y al cabo, para lo que le faltaba seguiría tentando a la fortuna... Ha confiado en que aguantara el arreglo, aunque trapero, muy bien apañado, perpetrado sobre la mochila roída por Mónica y Miriam... Parecía un arreglo bueno el improvisado con aquellos cuatro imperdibles. Mónica, Miriam... Apenas las conocía, de la primera solo tenía noticia de que era italiana y de que cantaba de maravilla; a la segunda no la había oído decir ni pío pero, en principio, no me había dado buena espina.

Nos hemos encontrado con ella y con Joan enseguida, sentados en una terraza tomando unos refrigerios. Mónica había debido de continuar a su aire, Mónica debía de ser la cuarta en discordia. Joan..., por fin he sabido quien era, tiene narices la cosa... Joan tampoco me había caído en gracia anoche, me había parecido un tipo presuntuoso. Apenas nos hemos sentado Fernando les ha comunicado mi propuesta y algún que otro detalle interesante. A los tres les ha parecido apetecible la oferta. Por eso y porque ya llevaban una hora sentados ellos nos han abandonado al instante... Marcharían dirección a Tosantos.

2 comentarios:

  1. Conociendo nuevos amigos! que bueno ahora a esperar que ocurre en Tosantos, con o sin mochila nueva?

    Esperamos en el camino....

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  2. Conocer gente nueva a veces es bueno otras veces no pero.......disculpame que no te había visitado ando a mil,abrazo amigo.

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